Mil noches en una.

Esta noche quiero medir tu cordura, así que permite que te invite a una copa y te lleva hasta París en coche, he oído por ahí, que los amaneceres más buscados son los que huelen a peligro y has de admitir que tu has entrado a este lugar buscando eso.

Deja que te seduzca entre susurros y apuestas triviales, pero solo si ponemos nuestros cuerpos en juego.

Te haré bailar al son de mis palabras,algo teñidas de rojo por tanto vino tinto. 

Te encontrarás a la vuelta de veinte años recordando la canción que a todo volumen puse de camino en el coche, recordarás mis labios llenos de pecados y tus piernas temblando con mi tacto.

El asiento de atrás se convertirá en nuestro testigo más fiel durante nuestro corto viaje.

Pero quiero hacer una aclaración, pequeña de ojos verdes mañana no recordaré tu nombre así que no me busques corazón, que te habré olvidado yo en las curvas de otra mujer, ajena a tus besos, a tus caricias a nuestros deseos de lujuria de media noche.